Podría decirse que Joe Sacco es un periodista de guerra poco habitual. Ha estado en Bosnia, en la franja de Gaza, en Cisjordania. Nos lo cuenta a través de sus viñetas. Huyendo de la violencia y el conflicto, pensó centrar su próximo libro en la explotación de recursos naturales del norte de Canadá. Allí conoció a la nación dene: "Al final no escapé del conflicto. Quizás sí he conseguido dejar de dibujar pistolas pero no violencia".

Si la tierra es su cultura, borrémosla 2z716

En 1850 el gobierno canadiense comenzó a internar en colegios católicos a los niños dene. Allí les rapaban el pelo, les asignaba un número y les prohibían hablar su lengua. Como dice Sacco: "Separas a los indígenas de la tierra porque básicamente es donde están los recursos". Más de 150.000 niños dene fueron obligados a someterse a este borrado de identidad que duró 150 años, más de 6.000 murieron. "Puedes intentar destruir a la gente y su cultura mediante métodos distintos a los militares".

Estos niños olvidaron su lengua y sus costumbres, y así volvieron a sus comunidades. El resultado fue un aumento del alcoholismo, la violencia intrafamiliar y el suicidio. En 2015 se reconoció lo sucedido como un genocidio cultural.

Nuestra cultura se va muriendo 1t2s15

"Así que el tema del libro pasó de tratar únicamente sobre la extracción de recursos naturales a tratar sobre el mayor problema, que es el colonialismo". 'Un tributo a la tierra' (Reservoir Books, 2020) recoge los testimonios directos de los que sufren hoy sus consecuencias. Según Sacco "Los poderosos dominan los medios de comunicación y la discusión pero a la gente le afecta las decisiones que toman los que están en el poder". A ellos, es a los que Sacco da voz, a través de su tinta.