Alaitz Leceaga

Editorial: Planeta

Año de publicación original: 2025

Vamos a empezar al revés. Voy a contar primero lo peor de La última princesa. Sí, en esta novela también hay un asesinato en las primera páginas, también hay una investigadora de trato complicado que volverá a su pueblo para hacerse cargo del caso y las leyendas y mitos de la zona tendrán, aparentemente, algo que ver en los crímenes.

Una historia ambientada en Euskadi a principios de los noventa no podía dejar de lado el peso de la banda terrorista ETA

Y ya está. Ahí se acaban los lugares comunes del género. Porque con esas bases se pueden construir novelas muy diferentes, y la de Alaitz Leceaga es realmente apasionante. Primero por la profundidad de sus personajes. Empezando por la protagonista, la investigadora Nora Cortázar. Aunque son sus secundarios los que evolucionan con el pasar de las páginas y los negros y los blancos desaparecen para inundarlo todo una espesa niebla gris que no te deja ver de dónde viene el mal.

Y segundo por el contexto histórico. Una historia ambientada en la costa vasca a principios de los noventa no podía dejar de lado el peso que tenía en todos los ámbitos de la sociedad la banda terrorista ETA. El miedo, el dolor, las heridas abiertas, son palpables en la historia y tienen influencia en el devenir de los hechos.

Misterio en Lemóniz 2i2b5t

El cadáver de una vecina de Lemóniz aparece en la central nuclear abandonada. La planta, construida en los años 70, jamás se llegó a poner en marcha por las protestas vecinales primero, y los atentados terroristas después. En 1992, cuando parecía que la cosa se había calmado en la zona, la aparición de este cadáver pone nerviosa a la Guardia Civil.

Nora Cortázar trabaja en la Interpol donde dirige el Departamento de Ciencias del Comportamiento, que ayuda a detener a asesinos en serie

Nora Cortázar nació y creció en Lemóniz. Asperger de alto funcionamiento, a pesar de ser poco hábil en las relaciones sociales, tiene una enorme capacidad para encontrar patrones de conducta, para resolver enigmas y una increíble memoria. Esas habilidades le han valido para trabajar en Lyon, en la Interpol, donde se ha convertido en la jefa de departamento más joven de la historia. En concreto dirige el Departamento de Ciencias del Comportamiento, que ayuda a detener a asesinos en serie.

El primero al que paró los pies fue su propio padre, conocido como Balbea. Un psicópata que, escondido tras la excusa de la lucha armada en Euskadi asesinó a varias personas hasta que su propia hija le delató. Ahora Nora tiene que volver a su pueblo tras la muerte de su madre. Un deceso que coincide con el asesinato de una amiga de la infancia de Nora, la mujer aparecida en la central nuclear.

El poder de la mitología vasca tb1x

Con un hermano que le reprocha a cada instante que no volviera a poner los pies en su pueblo desde que encarceló a su padre y otro hermano que prefiere tirar de humor antes que afrontar los problemas; con un exnovio, con el que le une no solo una gran amor de juventud, sino también un gran drama, al que tendrá que recurrir en la investigación; y con un pueblo que desconfía de ella, Nora tendrá que capear el plano personal, algo con lo que no se siente cómoda, para poder resolver un crimen complejo.

Sobre todo porque las primeras pistas remiten a Gaueko, el temible dios de la noche y las tinieblas de la mitología ancestral vasca. Un personaje representado en ocasiones como un lobo negro capaz de levantarse sobre dos patas, que devoraba animales e incluso pastores en plena noche. Un sospechoso imposible que trastoca la racionalidad de Nora y sus convicciones científicas.

Alaitz Leceaga construye con mucha eficacia ese ambiente opresivo a varios niveles. En el plano social, donde los silencios, las miradas cargadas de reproche y el odio ahogan. Y en el plano físico, donde el constante sirimiri, las nubes plomizas, la niebla y la fuerza del Cantábrico chocando contra la costa no dan tregua a los personajes ni al lector.

Alaitz Leceaga, autora consagrada 384o52

Con tan solo cuatro novelas publicadas, Alaitz Leceaga ya se ha hecho un sitio en el panorama literario español. Su primera novela, El bosque sabe tu nombre se convirtió en todo un fenómeno literario. Un éxito que repitió con su segunda novela, Las hijas de la tierra.

'La última princesa' es una red muy bien tirada por una autora tremendamente resolutiva en el complicado arte de pescar lectores

Al año siguiente, con su tercera novela Hasta donde termina el mar, Leceaga se hizo con el Premio de Novela Fernando Lara 2021. Su cuarta novela, Las dos vidas de Mina Índigo, confirmó su capacidad para jugar con el plano paranormal en sus tramas.

La última princesa es una red muy bien tirada por una autora tremendamente resolutiva en el complicado arte de pescar lectores. Atraídos por la sangre y el crimen, superamos las primeras páginas sin ser conscientes de lo profundo que nos estamos adentrando en este océano repleto de enigmas y misterios. Y cuando nos queremos dar cuenta, salir de allí indemne es imposible.

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