Cada vez más difícil abortar

Argentina y Estados Unidos encabezan la lucha antiabortista iniciada por la ultraderecha

Los detalles Javier Milei ha detenido la compra y distribución nacional de medicamentos empleados para la interrupción del embarazo, mientras que en Estados Unidos el aborto ya está prohibido en la mitad del país.

Manifestación antiabortista celebrada en Buenos Aires (Argentina)
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Los ultraconservadores del mundo se confabulan y lanzan una agenda antiabortista a nivel planetario. El ejemplo de ello es Estados Unidos, donde Donald Trump ha conseguido que el aborto no sea un derecho protegido por la Constitución, como hace más de 50 años, o Argentina, donde las medidas de Javier Milei hacen que muchas mujeres piensen que verdaderamente está prohibido.

Y, en sus decisiones, encuentran apoyo social. En Buenos Aires, cientos de abortistas se juntan para lanzar proclamas contra un derecho que ha costado mucho conseguir en Argentina. Y es que para Milei, abortar es "un asesinato agravado por el vínculo". El ultraderechista ha decidido, sin previo aviso, detener la compra y distribución nacional de medicamentos empleados para la interrupción del embarazo.

"También ha reducido en un 81% la compra y distribución de métodos anticonceptivos, test de embarazo...", alerta Lucila Galkin, directora de género y diversidad en Amnistía Internacional Argentina.

Galkin añade que ya no es solo que haya reducción de medicamentos, sino que también hay dificultades para informarse al respecto: "Mucha desesperación porque lo que hay es una barrera muy importante en el a la información sobre cómo y dónde abortar. Argentina hoy está funcionando como un laboratorio de prueba de muchas de las políticas que se están implementando en diversos lugares del mundo".

Lo que está ocurriendo en Argentina es parte de una agenda ultraderechista global. Las denuncias de mujeres con dificultades para acceder al aborto han crecido un 275% en 2024, según la propia Amnistía Internacional. Y, en gran medida, Estados Unidos colabora en la cifra ya que el aborto está restringido en la mitad del país.

Ahora bien, la otra mitad del país también corre el riesgo de sufrir la restricción. "En los estados donde el aborto está protegido, hay movimientos que están buscando el prohibirlo, y obviamente como hay elecciones cada cuatro años, el panorama siempre puede cambiar", comenta Alejandra Soto, directora de Comunicaciones de Planned Parenthood Action Fund.

Y ya no es solo eso, sino que los recortes auspiciados por Trump amenazan a organizaciones como Planned Parenthood, de las que dependen cientos de miles de mujeres: "Mujeres han muerto porque se presentan a un hospital con, por ejemplo, un aborto espontáneo. Pero los médicos atados de manos le dicen a la paciente regrese hasta que esté usted desangrándose y su vida corra peligro porque no podemos intervenir hasta ese punto".

Planes que buscan combatir la educación sexual, atacar el uso de anticonceptivos y no permitir que las mujeres puedan decidir sobre su cuerpo que ya adoptan sin temor los principales líderes ultraderechistas.