En vigor desde este sábado
Georgia se aleja de la UE y da luz verde a la controvertida ley de agentes extranjeros
¿Por qué es importante? La controvertida norma tiene para una parte de la sociedad cierto acento soviético. El documento exigiría que los medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales que obtengan más del 20% de su presupuesto "del extranjero" se registren como "portadores de los intereses de una potencia extranjera".

Georgia no quiere escuchar a la Unión Europea. La controvertida ley de agentes extranjeros georgiana que contempla hasta penas de prisión ha entrado este sábado en vigor pese a las protestas de la oposición y de la ciudadanía, que tachan la norma de "rusa". "Esta ley es muy importante para la defensa de la soberanía y los intereses nacionales de Georgia", ha dicho Irakli Kobajidze, primer ministro, a la prensa local.
Kobajidze ha recordado que "en los últimos cuatro año en Georgia hubo cuatro intentos de organizar revoluciones con financiación extranjera. Ante esos intentos, nosotros hemos contrapuesto una legislación sana. Hemos decidido apostar por la transparencia. No hay otra alternativa". Kobajidze ha destacado que, a partir de ahora, "quien quiera financiar una revolución en Georgia, que como mínimo lo haga de forma transparente".
La controvertida norma tiene para una parte de la sociedad cierto acento soviético. El documento exigiría que los medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales que obtengan más del 20% de su presupuesto "del extranjero" se registren como "portadores de los intereses de una potencia extranjera".
La ley, que es análoga a la normativa estadounidense FARA y entró en vigor 60 días después de su promulgación, sustituye a la de 'transparencia de la influencia extranjera', que no incluía penas de cárcel. El debate de la anterior normativa provocó en abril de 2024 multitudinarias protestas de la oposición, que acusó al Gobierno de emular la política represora del Kremlin.
"Aplastar a la oposición y a las ONG"
La ley de 'transparencia de la influencia extranjera' fue criticada por la Unión Europea y por la anterior istración de EEUU, que incluso suspendieron programas de ayuda a Georgia.
La normativa, que ha comenzado a aplicarse este sábado, sanciona a los infractores con multas de entre 5.000 y 10.000 laris (1.785 y 3.570 dólares) o con penas de prisión de seis meses y de hasta cinco años para lo reincidentes.
Según el presidente del Parlamento, Shalva Papuashvili, en Georgia hay unas 600 ONG que reciben financiación del extranjero, de las cuales 136 se han negado a inscribirse en el Ministerio de Justicia. "Con la aprobación de esta ley el Gobierno intenta aplastar a la oposición, a las ONG y a la sociedad civil", replicó en su momento la expresidenta georgiana y líder opositora, Salomé Zurabishvili.
"Un grave revés a la democracia"
Por su parte, desde la UE la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, y la comisaria europea de Ampliación, Marta Kos, han advertido este sábado que la controvertida ley "supone un grave revés para la democracia del país" y para su propio futuro en el bloque comunitario.
"La Ley de Registro de Agentes Extranjeros de Georgia supone un grave revés para la democracia del país", han señalado ambas representantes europeas a través de un comunicado, añadiendo que esta ley "representa otra acción agresiva de las autoridades georgianas para reprimir la disidencia, restringir las libertades y reducir aún más el espacio de los activistas, la sociedad civil y los medios de comunicación independientes".
Kallas y Kos han recordado que en 2024 el Consejo Europeo "consideró que estas medidas ponían en peligro el camino de Georgia hacia la UE", el cual está detenido "de facto". "La UE reitera su llamamiento a las autoridades georgianas para que atiendan las claras demandas de sus ciudadanos en favor de la democracia y de un futuro europeo, y para que liberen a todos los periodistas, activistas, manifestantes y dirigentes políticos detenidos injustamente", han añadido las representantes europeas.
El pasado mes de diciembre, miles de georgianos formaron en Tiflis una cadena humana a favor de la integración del país en Europa y contra la decisión del Gobierno del primer ministro, Irakli Kobajidze, de aplazar el comienzo de las negociaciones para la adhesión a la Unión Europea. "La UE está dispuesta a considerar el regreso de Georgia a la senda de adhesión a la UE si las autoridades toman medidas creíbles para invertir el retroceso democrático. La responsabilidad recae exclusivamente en las autoridades georgianas", concluyeron.