No es la primera vez que la familia de Miguel Uribe sufre un ataque: su madre, Diana Turbay, fue asesinada por Pablo Escobar

El país sigue con el corazón en vilo. Miguel Uribe Turbay, senador y precandidato a la presidencia de Colombia, está en estado crítico tras recibir tres disparos por la espalda en medio de un acto de campaña. Fue a plena luz del día, con cámaras, testigos, seguidores. La violencia no tuvo reparo en mostrar nuevamente su cara más brutal.

Su esposa, María Claudia Tarazona, confirmó que fue operado de urgencia y que su condición sigue siendo delicada. "Está luchando por su vida", dijo. Y esa lucha, aunque muy actual, trae de vuelta un dolor antiguo, una historia que marcó a Miguel desde antes de que supiera lo que era la política o incluso el miedo.

Porque este atentado no es un hecho aislado en la vida de Miguel Uribe. Es, tristemente, otro capítulo de una tragedia familiar que lleva más de 30 años doliendo.

La herida que dejó Diana Turbay

En 1990, cuando Miguel tenía apenas cuatro años, su madre, la periodista Diana Turbay, fue secuestrada en una emboscada organizada por Pablo Escobar. El plan era retorcido: Escobar quería presionar al gobierno colombiano para evitar la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos. Diana, una mujer valiente, comprometida con la verdad y la paz, fue usada como ficha en esa macabra estrategia.

Durante cinco meses estuvo en cautiverio. Hasta que, en un intento de rescate, una bala terminó con su vida. "Yo he conocido a mi mamá a través de las historias de otros", confesó Miguel en una entrevista reciente. "Recuerdo cuando la estaban velando. Me acerqué y le di un beso en el ataúd. Es el único momento que tengo claro. Después, todo es un vacío".

Esa muerte lo marcó, y fue uno de los motores que lo llevaron a la política. Durante el anuncio de su candidatura presidencial, en un acto, dijo: "Desde el sitio donde todo comenzó para mí, tomé la decisión de ser candidato a la presidencia por el Centro Democrático".

El caso de Diana Turbay no solo impactó a su familia, también sacudió al país. Tanto así que Gabriel García Márquez incluyó su historia en 'Noticia de un secuestro', una de sus obras más duras y reales.

Su hija, María Carolina Turbay, ha dicho que aún vive con el recuerdo presente: "No hay día que no piense en ella".

Hoy, mientras Miguel Uribe lucha por sobrevivir, Colombia revive una herida que nunca terminó de cerrar. La familia Turbay vuelve a estar en el centro del dolor, y el país entero los acompaña, esperando una recuperación, aferrándose a la esperanza.

"El narcotráfico se usó para aterrorizar, no solo a las autoridades, sino a todos los colombianos", dijo un periodista. Y tiene razón. Porque hay historias, como esta, que nos recuerdan que la violencia en Colombia no es solo una noticia más: es una cicatriz colectiva.