Y se marchó

De su supuesto saludo nazi a los Tesla en la Casa Blanca: así ha sido el breve y polémico paso de Musk en el Gobierno de Trump

Los detalles El empresario ha estado apenas cuatro meses pero le han sobrado para dejar huella. Al frente del DOGE, ha recibido incluso una motosierra de Milei mientras asistía a reuniones oficiales con gorra y camiseta.

Elon Musk, en la Casa Blanca
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Elon Musk ha dicho adiós a la Casa Blanca. Lo ha hecho a medias, después de 130 días en la istración de Donald Trump. Después de unos cuatro meses intensos tras ser una de las imágenes de la campaña que llevó de nuevo al republicano al Despacho Oval. Porque el magnate, el hombre más rico del mundo, ha dejado huella en el breve tiempo que ha estado más que activo en política.

Su labor al frente del organismo encargado de reducir el gasto federal ha sido la que ha sido, destacando más en otras vías. Destacando por repartir incluso dinero en algunos mítines. Por sus discursos y por sus palabras contra ciertos colectivos y por ese saludo que hizo en pleno apogeo festivo por la victoria de Trump.

Uno que muchos no dudaron de calificar como 'nazi'. Que compararon con el mismo, cuando tras llevarse la mano al peco levantó la mano al cielo. "Es un gesto extraño en un momento de entusiasmo, no un saludo nazi", dijo Musk.

Un Musk que simpatiza con ciertas formaciones de ultraderecha. Es el caso, mismamente, de Alternativa para Alemania, partido que ha apoyado en redes y por cuyos actos se ha dejado ver.

Los Tesla de la Casa Blanca

Eso le pasó factura a Elon. Eso y su apoyo a Trump. Lo hizo en la venta de sus coches. De sus Tesla. De una marca que ha visto reducir sus ventas de manera drástica tanto en EEUU como en la Unión Europea. Tal fue la situación que, para fomentar las ventas, Trump hizo 'publicidad' de esos automóviles en la mismísima Casa Blanca.

Ahí estaban sus coches. En el Pórtico Sur. Ahí es donde se hallaban cinco modelos de Tesla con un Trump pletórico golpeando con los nudillos un Cybertruck cuando Musk dijo que era "a prueba de balas". Todo terminó con él a bordo de un Model S que dijo haber comprado... para luego afirmar que no tenía ni idea de lo que había en el salpicadero: "Es una computadora".

También el hijo de Musk se ha dejado ver por la Casa Blanca. El niño, de cinco años que responde al nombre de X Æ A-12, ha sido una de las formas que ha usado Musk para humanizar si imagen. El niño dejó una imagen viral cuando en una rueda de prensa en el Despacho Oval pareció pedirle a Trump que se callase.

Musk sí; Zelenski no

Todo, muy informal. Porque Musk, durante su etapa como funcionario, no era de los de seguir el protocolo y acudía a reuniones y actos oficiales con camisetas y gorras del 'Make America Great Again'. Él sí podía, pero Zelenski no. El presidente de Ucrania, muy criticado por el trumpismo por ir sin corbata al Despacho Oval.

Era él el encargado de dirigir el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental. El DOGE. Su misión, reducir el gasto público de manera radical a lo Javier Milei. El argentino, viendo la idea de Musk, le regaló incluso una motosierra en la cumbre conservadora AC. Tenía como objetivo reducir el gasto en un billón de dólares... luego lo rebajó a 150.000 millones.

En el DOGE, impulso el cierra de agencias federales y además estableció un sistema de evaluación semanal. Musk exigía a los trabajadores públicos enviar un correo para que se vieran sus loros y justificar así no despedirles. Muchos departamentos recomendaron o bien ignorar todo esto o responder de forma voluntaria.

Y llegó el 'divorcio'

Todo parecía ideal en la relación Elon-Donald, pero no. El amor no dura para siempre, y al final Musk se ha ido distanciando de las medidas de Trump. Lo de los aranceles no le gustó demasiado, y dijo además estar "decepcionado" por el ambicioso plan fiscal del presidente de EEUU. Según Musk, es algo aumenta el gasto, eleva el déficit público y "socava" su labor al frente del DOGE.

Al final, un adiós. Un adiós escenificado en la Casa Blanca. Uno a medias, en el que Trump ha elogiado la figura de un Muks al que define como "uno de los líderes empresariales e innovadores más grandes que ha dado el mundo".

"Elon realmente no se va. Va a estar yendo y viniendo. Tengo la sensación de que DOGE es su bebé y creo que va a hacer muchas cosas al respecto", ha expresado el presidente de EEUU.