DESEMBARCO LABORAL EN ZARAGOZA
La gigafactoría de baterías Stellantis-CATL y el reto de crear una "villa" para 2.000 empleados chinos
Trabajadores chinos llegarán a Zaragoza para construir la gigafactoría de Stellantis-CATL. La falta de vivienda será un reto que se afrontará con casas prefabricadas.

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El movimiento de tierras en los suelos donde se levantará la gigafactoría de baterías de Stellantis-CATL en Figueruelas (Zaragoza) avanza a buen ritmo y anticipa la llegada progresiva de hasta 2.000 trabajadores procedentes de China para su construcción. Este desembarco masivo representa un desafío logístico y habitacional, que se resolverá mediante la instalación de una "villa" de casas prefabricadas.
Figueruelas cuenta con una población de unas 1.250 personas y una oferta de vivienda prácticamente inexistente, como explica a EFE su alcalde, Luis Bertol. La llegada escalonada de operarios chinos exige una solución rápida y eficaz de alojamiento.
Una opción clara: Figueruelas
En abril, ya hubo reuniones entre el Ayuntamiento y representantes de la empresa para valorar la disponibilidad de suelo en la localidad. Aunque se barajan otras ubicaciones, el alcalde considera que Figueruelas es la opción más viable por su cercanía a la futura planta y la existencia de terreno disponible.
"Creo que lo más factible es que sea en Figueruelas", afirma Bertol. El consistorio, asegura, pondrá todos sus recursos a disposición para garantizar que los trabajadores estén "confortables y seguros" y que el proyecto se desarrolle "de la mejor manera posible".
Aunque aún no se conoce el pico máximo de personal que se implicará en la obra, se prevé que la construcción de la planta implique una gran afluencia de empleados, por lo que la solución de las casas prefabricadas se ve como temporal y específica para esta fase.
"La poca información que tengo es que están buscando suelos para hacer unas villas", señala el alcalde, quien aclara que este alojamiento no tiene relación directa con el plan de vivienda a largo plazo para los 3.000 trabajadores que tendrá la factoría una vez esté operativa.
El reto habitacional
El gran problema, según Bertol, es que tanto Figueruelas como las poblaciones del entorno tienen una oferta de viviendas "cero", lo que exige un esfuerzo conjunto entre istraciones para garantizar el a una vivienda digna y adecuada para estos futuros empleados.
El papel del Gobierno central
El proceso burocrático para gestionar la llegada de trabajadores suele pasar por las delegaciones del Gobierno y sus unidades de extranjería. Sin embargo, la magnitud del proyecto ha requerido un paso más.
Stellantis y CATL han sido puestas en o con la Unidad de Empresas y Colectivos Estratégicos del Ministerio de Migraciones y Seguridad Social, que es la ventanilla más adecuada para estas gestiones, según explica el delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán.
La llegada de los primeros trabajadores chinos podría producirse tras el verano.
Garantías laborales bajo la lupa sindical
Entre los más de 5.000 empleados de la planta de Stellantis, la llegada de operarios chinos aún genera incertidumbre, como reconoce la secretaria general de la sección sindical de UGT, Sara Martín.
"Más allá de lo que se comenta en prensa, no tenemos información oficial", explica. La empresa, asegura, "lleva este tema con extrema cautela", y el sindicato estará atento para garantizar el cumplimiento de la legislación laboral española.
Comidilla en el pueblo
Aunque no hay confirmación oficial, el tema ya es motivo de conversación en el único bar del pueblo, como relata Felicidad Martínez, vecina de Figueruelas:
"Se dice que van a venir entre 1.500 y 2.000 chinos. Vendrán a trabajar, a trabajar y a trabajar", comenta. "Pero fijo, no sabemos nada", añade entre risas.
Sara Deito, otra vecina, rememora la llegada de General Motors en 1982: "Será como cuando vino Opel. Llegó mucha gente, hicieron la fábrica y luego se fueron". En cualquier caso, espera que la historia "se repita para bien".
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