EL ROLLS DE LOS SUV
Probamos el Rolls Royce Culinan Series II: lujo y tecnología inalcanzables parte 2
Nos ponemos al volante del Cullinan Series II, la segunda generación del primer SUV de la historia de Rolls Royce, un gigantesco vehículo en el que el lujo es parte fundamental de su propuesta.

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No puede haber un lugar mejor que la Costa Azul para tocar y sentir ese lujo único que hace tan especial a un Rolls-Royce. Porque hemos probado el “Rolls de los SUV”, que es como se conoce al Cullinan.
Este gigante estrena su segunda generación, que eleva a una nueva dimensión, nunca mejor dicho, el arte del lujo, la excelencia y la tecnología a cotas que parecían inalcanzables… ¿O acaso pensabas que era imposible mejorar la perfección?
En el frontal, los faros verticales y las luces diurnas se han creado para recordar a los rascacielos. Y también para que quede claro que, aunque se sepa que estamos ante un SUV con dotes todoterreno, la ciudad también es su entorno natural. Destacan, además, sus nuevas tomas de aire y su parrilla iluminada, ahora con un borde delantero más bajo y una línea de horizonte geométrica.

Pero la mención especial es para el interior de las ópticas, elaboradas con 7.000 elementos gráficos grabados con láser sobre vidrio, donde se “esconde” el símbolo de Rolls-Royce. Sin olvidar la figura de la firma delante de la línea del capó, las nuevas llantas de 23 pulgadas o, detrás, un paragolpes bajo en color negro, que acoge unos embellecedores cromados, haciendo marco a los escapes. Todos estos elementos completan el diseño exterior del nuevo Cullinan Serie II.
En el interior hay un nuevo cuadro de instrumentos, de frente y a la altura de la vista del conductor, para una mejor interacción. Y también una nueva pantalla de infoentretenimiento, que integra el avanzado sistema operativo de Rolls-Royce, denominado Spirit, y que ofrece también conexión con el móvil, wifi, y hasta permite conectar auriculares en las plazas traseras.
La nueva Serie II del Cullinan sigue la inspiración en los rascacielos también en el interior, con un salpicadero iluminado creado con 7.000 elementos gráficos, mientras que en el lado del pasajero acoge un reloj de vitrina analógico con la figura de Rolls-Royce debajo.

Cómo se nota que ir en un Rolls-Royce es una experiencia diferente. La sensación de confort, la calidad de rodadura y no notar ni una mínima imperfección en el asfalto es máxima.
Por algo la marca “vende” la experiencia de conducción “magic carpet ride”, o lo que es lo mismo, algo así como viajar en una alfombra voladora. Lo cierto es que sientes el coche con gran agilidad, dinamismo y sin preocupaciones por el tamaño. Y eso que mide dos metros de ancho.
Pero resulta igual de preciso y cómodo tanto en una carretera de curvas como en las calles de una ciudad. Y aunque también se atreve fuera del asfalto, tampoco sé yo si sería el entorno ideal para un Cullinan. Me encanta conducir, pero tengo que itir que viajar aquí dentro es toda una experiencia. El mimo por cada detalle, material, ajustes y superficies sublimes. Vamos que es un aparato que viene de otra galaxia.

Bajo el capó, el Cullinan todavía guarda un motor V12 que desarrolla 570 CV de potencia y nada menos que 850 Nm de par. Cifras con las que la velocidad no será un “pero”, aunque sí su consumo, nada contenido, porque supera fácilmente los 16 l/100 km. Pero al volante de un vehículo de este calibre y peso, es el dato que menos importa.
El nuevo Cullinan tiene un alter ego, el Black Badge Cullinan Serie II. Se trata de una versión más oscura, más visceral. Las principales diferencias pasan por sus acabados en negro. Desde el distintivo de la serie en la parrilla, pasando por los marcos de las ventanas y los alerones de las puertas, hasta llegar a los tiradores.

El portón trasero, el paragolpes o los escapes cuentan con un cromado específico para lograr un efecto espejo. El ambiente oscuro o la fibra de carbono también es lo que domina en el habitáculo. Aunque lo más diferenciador en esta versión es su propulsor, que aumenta la potencia hasta los 600 CV.
Lujo en evolución imparable y eterna. Rolls-Royce ha conseguido que uno de sus modelos lleve varios años batiendo récord de ventas. Y no me extraña, porque el Cullinan Series II ofrece diseño, refinamiento y excelencia únicos, tanto en el exterior como en el habitáculo.
Algo que se puede resumir como confort y lujo con mayúsculas tanto en las plazas traseras como al volante. Eso sí, maravillosamente combinados con una tecnología y un lujo pensados para alcanzar una calidad de vida a bordo y una seguridad sublimes.
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