Esta vez no fue el mar

"Si se mueren a medio metro del muelle, algo no estamos haciendo bien": la denuncia del presidente de El Hierro tras el vuelco del cayuco

¿Qué pasó? El protocolo habitual se había activado y el rescate estaba en marcha, pero el peso de los pasajeros agrupados en un extremo hizo volcar la embarcación casi a pie de muelle.

"Si se mueren a medio metro del muelle, algo no estamos haciendo bien": la denuncia del presidente de El Hierro tras el vuelco del cayuco
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A tan solo medio metro de tierra firme, una nueva tragedia vuelve a sacudir las costas canarias. A las 9:30 de la mañana de este miércoles, un cayuco con 160 personas a bordo volcó en el mismo instante en que iba a atracar en el puerto de La Restinga, en la isla de El Hierro (Canarias). Después de diez días de travesía por el Atlántico, las víctimas estaban a punto de tocar tierra. Pero lo que parecía el final de una odisea, se convirtió en un naufragio con siete muertos: cuatro mujeres y tres niñas, dos de ellas de tan solo cinco años.

El protocolo habitual se había activado: cabos en proa y popa, embarcación sujeta al barco de rescate. Salvamento Marítimo había comenzado a desembarcar a los primeros menores. Pero en cuestión de segundos, todo se vino abajo. Decenas de personas, todas de pie en uno de los extremos del cayuco, se habían agolpado esperando ser rescatadas. El desequilibrio fue fatal. La embarcación volcó y quedó completamente sumergida.

"La gente que está en el centro se acerca toda a un costado y, al acercarse con el sobrepeso que trae, es cuando se llena de agua y se da la vuelta", explicó Marcos Díaz, portavoz de Salvamento Marítimo.

Los equipos de rescate actuaron de inmediato. Les tendieron las manos, lanzaron flotadores, sacaron uno a uno del agua a quienes podían. Pero eran demasiados. La mayoría no sabía nadar. Algunos se aferraron a los restos del cayuco. Otros fueron rescatados por testigos que, sin pensarlo, se lanzaron desde el muelle para ayudar. Se evitó una catástrofe mayor. Pero no la tragedia.

La ONG 'Caminando Fronteras' ha exigido que se abra una investigación inmediata. No se trata solo de un accidente, aseguran, sino de un nuevo síntoma de un sistema que no está funcionando. El presidente del Cabildo de El Hierro, Alpidio Armas González, no se anduvo con rodeos: "Tenemos que repensar si lo que estamos haciendo es correcto o no. Si se muere la gente a medio metro del muelle, es que algo no estamos haciendo bien".

Su frase ha calado. Porque no es la primera vez que ocurre algo así. Hace cinco meses, otro cayuco volcó en alta mar durante el intento de rescate. De las 90 personas a bordo, 50 murieron.

Pero lo ocurrido este miércoles, es aún más doloroso. Porque esta vez no fue en alta mar. No fue en mitad de la noche. No fue sin ayuda. Fue a plena luz del día. Con los equipos ya allí. Con tierra firme al alcance de la mano.

El suceso reabre preguntas incómodas. ¿Están funcionando los protocolos? ¿Se están usando los medios adecuados? ¿Están preparados los rescatadores para manejar una embarcación con decenas de personas en pánico?¿Y qué pasa después del rescate?

Mientras se intenta identificar a las víctimas y asistir a los supervivientes, crece la indignación. Porque si las muertes ocurren cuando el peligro —en teoría— ha terminado, si el naufragio llega en el mismo instante en que se toca tierra, entonces no es solo el mar el que está matando.