La familia estafa unida
Un padre carismático, una madre obediente y seis hijos camino a prisión: la historia de los Ruiz-Mateos
La otra cara Pasaron de ser la imagen de la familia española tradicional a convertirse en protagonistas de uno de los fraudes más mediáticos del país. Lo que empezó como un legado empresarial terminó como una caída en bloque.

Hubo un tiempo en que los Ruiz-Mateos eran casi intocables. Eran los años 70 y todo les sonreía: dinero, poder, fama y una familia numerosa que parecía sacada de un anuncio de televisión. José María Ruiz-Mateosera empresario de éxito, amigo del rey, católico y padre de 13 hijos. Su mujer, María Teresa Rivero, ama de casa discreta, cumplía con el papel que la época le había asignado. Juntos construyeron un imperio: Rumasa.
Hoy, casi medio siglo después, el apellido que simbolizaba éxito y unidad familiar se asocia más bien con estafa, fraude y condenas judiciales. Y no es una metáfora.
La Audiencia Nacional ha condenado a seis de los hijos varones de Ruiz-Mateos a siete años de prisión por su implicación en la estafa masiva de Nueva Rumasa, aquel intento de resucitar la empresa expropiada por el gobierno de Felipe González en los 80.
¿Qué fue Nueva Rumasa?
Una operación de apariencia legal, disfrazada de oportunidad para pequeños inversores. Prometían un 8% de rentabilidad. Les pedían confiar, como antes confiaron en la familia. Pero la realidad era otra: un esquema piramidal que acabó colapsando. Miles de inversores perdieron su dinero. La familia lo negó todo… hasta que ya no pudo más.
Ruiz-Mateos lo justificaba: "Si no pagara a mis inversores, me pegaría un tiro… si la fe que profeso me lo permitiera". Pero no se pegó el tiro. Y el dinero tampoco volvió.
Mientras tanto, los hijos que se criaron en la opulencia, viajaban en limusina y estudiaban en los mejores colegios, acababan sentados en el banquillo. En los juicios, algunos culparon directamente a su padre, alegando que ellos solo seguían órdenes.
María Teresa Rivero: fútbol sin afición
María Teresa Rivero fue durante un tiempo la primera mujer en presidir un club de fútbol profesional en España, el Rayo Vallecano. A ella el fútbol ni le iba ni le venía, pero su marido compró el club como parte de su estrategia mediática. No era pasión deportiva: era puro marketing familiar.
Ella también terminó frente a un juez, acusada de fraude fiscal, por no declarar correctamente los sueldos de los jugadores. Y también fue condenada a siete años de cárcel.
El patriarca del show
José María Ruiz-Mateos no solo fue empresario. Fue también protagonista de algunos de los episodios más surrealistas de la crónica política y judicial española. Tras la expropiación de Rumasa por el ministro Miguel Boyer, se convirtió en su enemigo público número uno.
Lo más recordado: el día que le propinó un puñetazo a Boyer al grito de "¡Que te pego, leche!". Un escándalo que lo catapultó a la fama mediática. A partir de ahí, todo valía: se disfrazó de Superman a la salida de los juzgados, de preso llevado a hombros por simpatizantes, fingió peleas con Felipe González… Todo un espectáculo.
Mientras tanto, las sentencias judiciales iban cayendo una tras otra. Y la imagen del empresario valiente se iba derrumbando, dejando al descubierto una trama financiera sin escrúpulos, sostenida por una maquinaria familiar bien engrasada.
Una familia de película… pero sin final feliz
Durante décadas, los Ruiz-Mateos vendieron la imagen de una familia tradicional, religiosa, unida y exitosa. 13 hijos. 57 nietos. Una foto perfecta. Pero detrás de esa postal se escondía un entramado empresarial opaco, que terminó perjudicando a miles de familias que creyeron en ellos.
Hoy, los hijos han sido condenados. La matriarca, también. El patriarca murió en 2015, rodeado de polémica. La familia, que un día fue símbolo del éxito, es ahora el ejemplo de cómo una historia familiar puede acabar convertida en una tragedia judicial. Y sí: la familia que estafó unida, acabó cayendo unida.