Sin ninguna licencia

Desmantelan una clínica de los horrores: inyectaban bótox, hacían revisiones ginecológicas y hasta implantes dentales

¿Por qué es importante?
La Policía ha descubierto una clínica clandestina en Fuenlabrada, Madrid, en la que operaban dos mujeres de origen chino sin tener ningún tipo de título médico. Según los agentes: "les pedimos una titulación y nos presentaron un diploma de un curso de uñas".

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La Policía Nacional ha tenido que intervenir y desmantelar, una vez más, otro centro de estética que bien podría ser definido como una clínica de los horrores. Sus dos propietarias han sido detenidas pues, sin tener ningún tipo de licencia ni estudio, realizaban intervenciones de estética, inyectaban bótox o ácido hialurónico y ponían implantes dentales. Pero hay más, porque estas dos mujeres, de nacionalidad china, incluso realizaron ecografías y revisiones vaginales a otras compatriotas.

Todo, de forma clandestina, en las trastiendas de una peluquería y en un centro de uñas del polígono industrial de Cobo Calleja de Fuenlabrada, en Madrid. Se trata de dos mujeres de 37 y 43 años, hacían estas intervenciones incluso a domicilio y sus clientas acudían a ellas, no por sus bajos precios, sino por la confianza.

Sin embargo, los agentes de policía se han encontrado con un panorama que no da ninguna confianza. Realizaban las ecografías vaginales con máquinas en las que no hay ni rastro de limpieza, pues no cumplían tampoco con ninguna regla higiénicas sanitarias. "No esperábamos encontrar tanto material ni tantas sustancias, de hecho esto es solo un muestrario", ha explicado uno de los agentes encargados del caso.

Materiales conseguidos de manera ilegal y sin ninguna titulación médica. Es más, según el agente, no es que no tuvieran estudios al nivel; sino que "les pedimos una titulación y nos presentaron un diploma de un curso de uñas". Y, por supuesto, los materiales ni estaban homologados, ni bien conservados. Hasta encontraron "sustancias que tienen que conservarse en frío" y estaban "en un coche al sol".

Porque tenían también un vehículo, para realizar todas estas actividades de manera clandestina en el domicilio de cada clienta. Lo hacían con "ciudadanos de su propia comunidad" para así, dentro de un marco de confianza, poder istrar estos productos con el riesgo que esto conlleva.